Las viviendas unifamiliares están en el punto de mira de todos. El modelo energético que se está formulando plantea una reforma total de la envolvente, y una parte importante de la envolvente es la cubierta, punto que nos protege de la entrada directa de agua, nos da la forma característica del edificio y contiene gran parte del calor generado en el interior. Se cree que en 2022 se reformarán 1,75 millones de viviendas en España y gran parte de ellas tocarán la cubierta de alguna manera.
Existen varias claves para acometer la reforma de cubiertas. A la hora de pedir presupuesto para una reforma integral la forma en la que se acomete la intervención en la cubierta es vital conocer cuáles son esas claves. La estructura de la cubierta y su capacidad portante son casi los dos primeros puntos a comprobar y a revisar.
Notas sobre las reformas integrales en las cubiertas actuales
Se viene utilizando una práctica en la que se incorporan nuevas capas por encima o por debajo de la cubierta existente. En algunos casos se superpone aislamiento, rastreles y un nuevo sistema de cobertura. En estos casos debemos de mirar con cuidado a la estructura existente y poder localizar posibles puntos débiles, bien sea porque la estructura tiene algunas faltas, fisuras, grietas, etc, como por que su capacidad portante se puede ver debilitada.
Cuando incorporamos nuevos sistemas de instalaciones acostumbramos a llevarnolos a la cubierta, porque en la mayoría de casos es más seguro y estético. Por ejemplo, en las cubiertas planas es habitual encontrarse con sistemas de aerotermia, con paneles fotovoltaicos o paneles solares, depósitos de agua, etc, que también nos añaden nuevas cargas sobre la estructura existente, a la vez que ponen en riesgo la impermeabilización de la cubierta.
Pasando a este punto, la impermeabilización, característica principal de la cubierta. La impermeabilización se consigue bien por la superposición de elementos, bien pueden ser los sistemas de placas como el fibrocemento, o las superposiciones de pizarras, o bien por conseguir una capa contínua impermeable, como una barrera de poliolefinas, pvc, una capa asfáltica, etc.
Cuando colocamos por ejemplo una subestructura sobre la cubierta para fijar una unidad exterior de aerotermia o unos paneles solares estamos perforando la barrera impermeable, y hay que intentar resolverlo de la forma adecuada.
Estos puntos débiles también aparecen en la envolvente térmica de la vivienda. Cuando interrumpimos el aislamiento estamos provocando un puente térmico que puede producir condensaciones justo en el sitio que menos nos interesa. Debajo de la cubierta nos puede llevar a identificar erróneamente problemas futuros, confundiendo por ejemplo una gotera con una humedad por condensación en un punto de la cubierta.
Aislamiento térmico en las rehabilitaciones integrales de cubiertas
El aislamiento térmico se ha convertido en en el elemento básico de la construcción. La rehabilitación está principalmente centrada en el ahorro energético. Por este motivo es importante conocer las distintas formas de entender el aislamiento térmico, independientemente del tipo de material (no todos valen para todas las posiciones) pero lo más importante es conocer su funcionamiento.
El aislamiento por el exterior en las cubiertas puede entenderse de dos maneras, dependiendo de la forma de la cubierta, plana o inclinada. Las soluciones de aislamiento en las cubiertas planas son más sencillas, puesto que la propia gravedad ayuda a la estabilidad del sistema. Únicamente dependemos de cómo realizar el desagüe. En las cubiertas inclinadas el desagüe está garantizado, por la pendiente de la cubierta, pero se complica a la hora de aislar por el exterior de la cubierta existente.
Existen distintas planchas para cualquier tipo de soporte. Incluso sobre las cubiertas de fibrocemento podemos colocar una plancha ondulada que recibirá el nuevo acabado por encima. En los sistemas planos podemos añadir sistemas de paneles sandwich o paneles de aislamiento fijados con ganchos, o entre rastreles, sobre los cuales se colocará el nuevo acabado.
Problemas habituales a la hora de afrontar una rehabilitación integral de cubierta
Las patologías más habituales en la cubierta proceden de presencia de agua, bien por entrada directa, bien por condensaciones. Los aleros son puntos sensibles térmicamente que acostumbran a ser puentes térmicos. Los zunchos o vigas perimetrales de cubierta acostumbran a estar en contacto con el exterior y el interior.
En estos puntos, cuando la estructura está compuesta por vigas, existe un problema potencial de oxidación, putrefacción, carbonatación (dependiendo de qué material) A la hora de «tapar» por encima o por debajo, debemos de echar un vistazo a la estructura que quedará oculta, si todo va bien, durante un par de décadas cuando menos.
Un problema logístico que nos podemos encontrar es que la vivienda se mantenga en uso mientras se trabaja en la cubierta, puesto que supone riesgo de dejar la vivienda a la intemperie, con la consecuente exposición a lluvias, viento, a la vez que se ocasionan ruidos, vibraciones, presencia de polvo…
El antiguo dilema sobre construir o rehabilitar, en este momento la balanza se decanta por la rehabilitación. La conservación de la edificación construida tiene coherencia con los principios de reducción de gasto y bajas emisiones en la construcción, pero también lleva implícito el cambio de paradigma con el que se venía construyendo, potenciando cada vez más el aislamiento térmico y la incorporación de nuevas instalaciones.
Es importante tener muchas cosas en cuenta a la hora de realizar una rehabilitación de tejados. Por ejemplo el tiempo que tiene el techo, de qué tipo de material está hecho el tejado, la ubicación..