Dominamos la extracción del material, el fundido, los moldes y le estamos dando una vuelta a las posibilidades de manipulación. La mezcla entre el conocimiento de los métodos más arcaicos y las últimas tecnologías nos llevan a manipular el acero y otros metales hasta el punto de realizar cortes mecanizados con precisión micrométrica. Esto es posible gracias a la posibilidad de crear plasma (tras un proceso de ionización que explicaremos ahora) y la posibilidad de llevarlo al punto que queremos. Se podría decir que ya existen especialistas en corte de plasma y que estos avances no pararán aquí. Veremos lo que nos depara el nuevo año y esta tecnología.
Empecemos desde el principio ¿veinte mil grados de temperatura?
El corte por plasma es una técnica de mecanizado térmico. Este método se basa en la generación de un arco eléctrico en el cual se ioniza un gas ( que puede ser por ejemplo aire comprimido, nitrógeno, argón o un combinado de gases), y se convierte en plasma. Si no conocías este concepto, es un estado de la materia que no es ni gas, ni sólido ni líquido. Es un estado de la materia que alcanza temperaturas extremadamente altas, superiores a los 20,000 °C, (si, has leído bien). Este plasma bien utilizado permite cortar materiales conductores de electricidad, principalmente metales como acero, aluminio y cobre, muy empleados en construcción.
¿Cómo podemos trabajar con este plasma? Lo que podemos hacer es dirigir un chorro de plasma a través de una boquilla a alta velocidad sobre el material que queremos cortar. En contacto con este chorro el material se funde y se produce un corte preciso.
¿Podemos utilizar el corte por plasma en la obra?
La pregunta podría estar mejor enfocada de otra forma. Cuándo conviene utilizar este corte en la obra y cuando conviene hacerlo en taller (en ambientes más controlados) La antorcha de plasma permite cortar grandes espesores de metal, por ejemplo para cortar un perfil de acero estructural. Pero creo que si llega este punto, la obra puede estar mal planificada. Dejémoslo en que es más conveniente para pequeños cortes, como sustituto del oxicorte o de las herramientas eléctricas de corte como las sierras circulares.
En mi opinión esta tecnología tiene mucho más que decir en el ámbito de taller, en atmósferas controladas, donde la precisión, la velocidad y donde es posible la manipulación de elementos pesados.
Los cortes en obra dependen más de la manipulación manual, ya sea de la antorcha como del sistema para que el corte sea lo más preciso posible. En el taller vamos a contar con un escenario específico para el corte, una mesa de trabajo, brazos articulados robotizados, aspiración y renovación de aire… que permiten elaborar las piezas a medida y en serie con muy pocas opciones de error.
¿Qué debo de saber como primerizo en esta tecnología?
La aplicación de altas temperaturas sobre un material metálico para cortarlo provoca la reducción de residuos si lo comparamos con las técnicas de desbaste, como puede ser una sierra circular. Pero debemos de saber que existen límites del material. Cuando superamos los 40 mm de espesor (que en construcción tradicional es un espesor muy poco utilizado) el corte deja de ser preciso y cuando estamos por debajo de pocos milímetros corremos el riesgo de que el material base se deforme provocando distorsiones en el corte.
Una de las principales limitaciones del corte por plasma es su dependencia de consumibles, como los electrodos y las boquillas. Estos componentes sufren desgaste continuo debido a las altas temperaturas y las condiciones extremas del proceso. También consumiremos gas, que se transforma durante el proceso.
¿Qué podemos esperar de esta tecnología?
Se está utilizando en la fabricación y manipulación de todo tipo de paneles, chapas, perfiles y tubos metálicos, materiales de construcción muy habituales. Las posibilidades formales de estos materiales nos abrirá nuevos caminos estéticos, nuevas herramientas, nuevos sistemas que seguro que nos facilitarán la vida.
