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Si copias, copia bien

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Explicaré a continuación esta frase, que tiene que ver con una teoría que me planteé hace unos años, para poder entender algunas circunstancias de la vida, y luego su relación con la construcción, no quiero olvidar que aquí estamos para hablar sobre sistemas constructivos, normativa, instalaciones, materiales, etc.

Cuando entré en la universidad y empecé a tener exámenes de construcción, y prácticas de construcción, en las que he tenido buenos y malos profesores, viví un momento en el que podíamos llevar apuntes al examen, exámenes resueltos, daba igual, mucha gente suspendía. La solución no estaba en miles de respuestas apuntadas, sino en una de ellas, no había que saber la respuesta, había que saber elegir.

Mi teoría sobre la copia viene de cuando vi a una madre que iba con dos niños por la calle. Ante un paso de cebra uno de los niños se puso a saltar dando botes tocando con los dos pies en las líneas blancas. El otro niño viendo que el otro chaval saltaba se puso a dar saltos, pero sin criterio alguno, pisando las rayas blancas y el asfalto. Los dos saltan, pero uno salta con un objetivo.

En construcción esto se dramatiza de dos maneras principalmente. Cuando intentamos copiar un sistema constructivo natural de un material en otro nuevo, bien sea mejor, bien sea nuevo. Véase por ejemplo la construcción de los templos dóricos en piedra imitando las columnas de madera etruscas; la decoración de las primeras estructuras de acero; el último grito en imitar los palets con piedra! Se trata de hitos (algunos de ellos muy baladí) que marcan una época en la historia, pero que realmente no buscan definirse como son, sino que son una mera copia.

Cuando resolvemos un problema constructivo, por ejemplo la posición de la ventana (haces exteriores o interiores), en un muro de piedra, luego lo copiamos en ladrillo, cuando no tendría nada que ver.

Lo que si me convence profundamente es la imitación de aquellas soluciones que funcionan y que tienen una base racional, aun siendo decorativas. Recientemente he visitado una vivienda de ladrillo, construida enteramente en ladrillo, sin pilares de hormigón. Realizando las mediciones y tomando nota de los detalles que encontramos en la casa me he fijado en dos puntos importantes, y que no siempre se resuelven bien: el remate superior de la cornisa de hormigón y el remate superior de la ventana.

Remate superior de cornisa de hormigón

En este encuentro, en el que generalmente no nos detenemos a la hora de proyectar, alguien ha visto la necesidad, totalmente justificada de colocar mortero de pendiente y no permitir que el agua se estanque en este punto, donde lo más habitual es encontrar humedad, musgo, etc. Podemos ver que, a pesar de los años, solamente la parte más exterior de la cubierta tiene desconches en la pintura, estando la parte interior mejor conservada. Todo el alero, incluso bajo la cornisa existe un goterón, del que solemos hablar, pero que llegada la hora de la verdad, mucha gente pasa por alto.

La parte superior de los huecos está rematada imitando una clave de un muro de sillería. Es un pegote de mortero, pero que tiene la función de impedir que el agua escurra hacia el interior del hueco, dejando vía libre hacia los laterales.

Vivimos y trabajamos en un mundo en el que muchas opciones son válidas para el mismo problema, hay más soluciones que incógnitas dentro de la ecuación, pero algunas respuestas son más acertadas. Una buena copia es la que no se parece, pero se basa en solucionar un problema de la misma manera, eso creo.

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