El principal concepto alrededor de la construcción en general es el de protección y, para que esa protección sea mejor añadiremos el concepto de durabilidad. Cuando interponemos otros requisitos como la proximidad al mar, por su proximidad a la playa, sus vistas, su temperatura más templada a lo largo del año podemos comprometer la construcción debido a agentes «atacantes», bien al hormigón, bien al acero, ya que el ambiente marino es más agresivo que el ambiente tierra adentro.
En el caso de empresas como Inmobiliaria Portocolom miran por la durabilidad del inmueble, exigiendo el mantenimiento necesario para la construcción. En el artículo de hoy hablaremos sobre los agentes que pueden atacar la estructura y los elementos que completan la construcción, como las carpinterías, las cubiertas, y sin olvidar fenómenos como la existencia de pájaros y otros.
Las estructuras de hormigón armado en la atmósfera marina
La durabilidad de las estructuras y los ataques que sufre el hormigón se van a ver influenciados por la salinidad del agua y por la ubicación de la estructura con respecto al mar. La atmósfera cercana a la zona costera, al producirse la evaporación del agua marina, lleva un elevado contenido en sales, lo que se conoce como Niebla Salina (Bermúdez de Odriozola 2007).
Cuando inmobiliarias como Lucas Froese Real Estate tienen en su oferta estructuras de hormigón próximas al mar deben de considerar cuatro zonas, en función de su posición respecto del agua. Esto viene en la EHE-08 (B.O.E. 203/2008), donde existe una diferenciación con respecto a la clase de exposición a ambiente marino en tres zonas: zona aérea, zona de mareas y zona sumergida. Sin embargo, según varios autores, habría que diferenciar en la zona aérea si el hormigón está o no en contacto con el agua marina. En este sentido, es posible diferenciar 4 zonas de degradación posibles en relación a la posición de la obra con respecto al mar (Mehta 1991), atendiendo al esquema.
La presencia de ataques a las estructuras de hormgión en la zona costera afectan a negocios como la Inmobiliaria Portocolom. Desde el ataque al propio cemento, aumentando el ritmo de la carbonatación del hormigón y por tanto el ataque prematuro a las armaduras en las que se produce corrosión.
La corrosión de las armaduras de hormigón se produce mediante un mecanismo de corrosión electroquímica generado por la aparición de una diferencia de potencial entre dos zonas interconectadas. Para que el proceso de corrosión tenga continuidad, se debe mantener un circuito cerrado eléctrico, por lo que tiene que haber conexión entre la zona que se corroe (anódica) y otra que se mantiene inalterada (catódica), con la presencia de un oxidante, humedad y electrolito. Las reacciones químicas que tienen lugar en el proceso de corrosión metálica van a depender del pH del medio y de la naturaleza del agente oxidante, aunque generalmente es el oxígeno.
En atmósfera marina, se dan dos condiciones: un alto contenido en sales y un grado elevado de humedad; por tanto, la corrosión de las armaduras será debida al ataque de ión cloruro o al efecto de la carbonatación, por separado o conjuntamente (Liu et al. 2014, Alvedaño et al. 2011).
Protección de la estructura de hormigón
La mejor forma de proteger la estructura de hormigón contra el ambiente marino es la utilización de los cementos y los aditivos apropiados.
Los cementos más adecuados para la utilización en ambiente marino son los cementos con escoria de Alto Horno y de cenizas volantes y los cementos Portland con contenidos de aluminato tricálcico C3
A bajos o moderados.
La Instrucción para la Recepción de Cemento RC-08 exige las siguientes características para que un cemento sea resistente al agua de mar: En la normativa española, todo cemento resistente a los sulfatos SR es resistente al agua de mar, pero no todo cemento resistente al agua de mar MR es resistente a los sulfatos.
Los aditivos reductores de agua deberán cumplir la normativa UNE-CEN sobre aditivos para la fabricación de hormigones.
Comportamiento de otros agentes y otras curiosidades
Las gaviotas se comen el PVC. Cuidado con los materiales que colocamos en las zonas marítimas. Lejos de centrarme solamente en una anécdota (real por otra parte) destacar que no todos los materiales son compatibles con el ambiente marino, no solo por la salinidad del ambiente, sino por otros agentes.
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Foto de cabecera – modificación de imagen de Villa Malaparte, imagen original de Gloria Saravia Ortiz.