Las pinturas intumescentes son recubrimientos que se aplican a varios tipos de materiales, aunque tienen mayor uso en los metálicos.
La finalidad perseguida con la aplicación de estos recubrimientos, sobre todo a los elementos estructurales, es asegurar la estabilidad del edificio durante el tiempo necesario para que el mismo sea evacuado y el servicio de extinción pueda luchar y sofocar el incendio, mediante la aplicación de un recubrimiento que proporcione aislamiento térmico, e incluso dispersión o absorción del calor.
Al calentarse por efecto del fuego, la pintura aumenta su espesor, forma una capa densa inicial y posteriormente una masa esponjosa viscosa, termo-resistente y no combustible.
De esta forma se evita el aumento excesivo de la temperatura en el acero, alcanzando un espesor de 80 a 100 veces el inicial, que sería unos 2 a 3 cm de espesor.
Estos materiales de protección deben poseer las siguientes características:
- Estabilidad a temperaturas elevadas
- Baja conductividad térmica
- Buena aplicabilidad y fijación al material
- Resistencia y durabilidad mecánicas
El inconveniente de estas pinturas se presenta con su envejecimiento paulatino a lo largo del tiempo y en mayor medida frente a los elementos de la naturaleza, si el objeto recubierto está ubicado a la intemperie.
Claro en muchos casos pasa que estos trabajos los hacen personas que no tienen la experiencia necesaria seguro en muchos casos por familiares o porque son amigos entonces no toman las medidas necesarias, ya que en poco tiempo termina por deteriorarse peligrosamente el trabajo, imagínese ahí es cuando pasan los accidentes. Para estos casos hay que utilizar adecuadamente la pintura intumescente.