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Construcciones modulares y sus posibilidades

Me atrevería a decir que la vivienda modular es un error a la hora de concebir una vivienda, igual a cientos de vecinos. Todos tenemos distintos gustos, distintas necesidades familiares, más o menos gente para compartir el espacio, etc. Cuando existe una variedad de necesidades la vivienda modular como concepto no me interesa si tiene «infinidad» de posibilidades.

Sin embargo, en el ámbito de la vivienda temporal, sobre todo en situaciones de post-desastre, como pueden ser las viviendas utilizadas en el caso de Haití (2010), la vivienda pasa a ser objeto que resuelve las primeras necesidades de una persona, que no te roben, que no te violen y que no te maten.  Ante estas necesidades vitales la construcción industrializada, de fácil almacenaje y transporte, con capacidad para montarse rápidamente cobra, a mi entender, su mayor interés.

Mi intención con este artículo es mostrar la perspectiva positiva de este tipo de construcciones, y como ayudan en situaciones humanitarias. Existen distintos diseños, disparatados, conceptuales, realistas, los cuales ha tenido en cuenta una empresa española referencia en este sector, especializados en equipos móviles de campaña. Me ha resultado curioso cómo ya en los años 60 habían preparado unas cocinas móviles para el Ministerio de Defensa de España.

En el sector de las emergencias, los módulos sirven sobre todo para servir como hospitales de campaña, salas de operación, unidades móviles que generalmente son de estructura tubular de acero o de aluminio (más caro pero más ligero).  Confío en que el campo de desarrollo de las construcciones modulares se reconduzca en soluciones innovadoras para el dia a dia, soñando con un posible futuro sin conflictos. No obstante, veo este campo de desarrollo de productos como una manera saludable y generosa de proyectar y pensar soluciones constructivas.

Por ejemplo, no nos sorprendió la rápida respuesta que tuvo Japón en la catástrofe de Fukushima. Quizás haya sido un hito que marcó tendencia en la innovación y que ha provocado noticias como la de «8.000 hogares en el área de Fukushima recibirán energía limpia».  Si vuelves al párrafo inicial de este artículo, donde hablaba de las necesidades vitales primarias, pues en Japón lo dan por hecho, lo hacen bien y aun por encima son capaces de plantear una renovación colectiva y eficiente, como en este caso que se interviene en un campo de golf abandonado, donde se han instalado unos módulos solares de Hanwha QCells, empresa de productos fotovoltaicos.

Aunque pasan a cubrir una gran extensión de campo con paneles fotovoltaicos, que también contaminan en su producción, me quedo con la moral tranquila pensando en que existe la capacidad de respuesta por múltiples empresas para poder resolver situaciones de catástrofe, capaces de desarrollar e instalar módulos que podrán ser utilizados en usos pacíficos, como conciertos, acampadas, casetas de obra, y a saber que nuevas ideas tendremos para conformar a nuestras demandas del primer mundo.

Si estás interesado en la vivienda de emergencia, recomiendo directamente la tesis doctoral desarrollada por Patricia Muñiz, “Vivendas prefabricadas en procesos de aloxamento de transición para refuxiados e desprazados internos, Haití, Xapón, Siria 2010-16”, que se puede encontrar en el repositorio de la Universidade da Coruña.

 

 

 

 

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