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Diario de obra: preparación del soporte para colocar SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior)

Estamos en la época de revisar los edificios de los años 60. Desde 2013, el IEE es obligatorio para los edificios que ya han superado los 50 años de antigüedad. Las comunidades de propietarios tienen un plazo para ponerse en contacto con un técnico y que realizará el informe y a partir de ahí se harán (o no, pero ya veremos que si…) las mejoras oportunas.

A pesar de tener carácter obligatorio en determinados casos, el IEE puede ser encargado por cualquier propietario o comunidad de propietarios que consideren la importancia de este informe, de hecho, últimamente se exige a la hora de solicitar ayudas de rehabilitación energética, por ejemplo.

Es en estos casos donde cualquier manteniemiento de la fachada, sobre todo en edificios en altura se vuelve importante, sobre todo en edificios de los años 60 en los que ya se construía masivamente y con materiales que están empezando a agrietarse, fisurarse y en ocasiones a desprenderse. Es aquí donde los trabajos de altura en Madrid y en otras ciudades se hacen imprescindibles, tanto para el mantenimiento como para las reparaciones necesarias.

Un ejemplo de material de fachada de los años 60como esta grava chafada sobre el mortero fresco ha sufrido las inclemencias del tiempo (metereológico y el temporal). El trabajo de los técnicos pasa por informar de los problemas de este tipo, en proponer una solución técnica y en presentar el proyecto o memoria técnica para obtener la licencia correspondiente, ocupación de la vía pública y la dirección de obra y la coordinación de seguridad.

Todo esto está genial, pero por el momento el cascote sigue en la fachada y con riesgo de caída a la vía pública. ¿Qué se hace en estos casos? ¿Cómo debe de prepararse esto para que un sistema de aislamiento como el SATE se adhiera a este soporte quebradizo y desprendido de la hoja exterior?

La preparación del soporte consiste en la limpieza, con agua a presión, con cepillo o con cualquier método que limpie los mohos, líquenes, musgos y otras patologías que puedan existir. A partir de ahí pueden apreciarse más elementos con riesgo de desprendimiento que habrá que retirar manualmente, y realizar las reparaciones apropiadas. Por ejemplo, en el caso de las grietas en fachada (muy habituales en los perímetros de los huecos) es importante graparlas o «coserlas» para que se mantenga la integridad del cerramiento, que será la base del aislamiento.

Cuando existen soportes «extraños» como esta pintura aplicada sobre un granolite, que se desprende como cuando la serpiente muda su piel, es preferible realizar limpiezas más profundas y agresivas, como pueden ser:

  • granallado (en el caso de fachadas es muy caro)
  • chorro de arena (llenamos toda la calle de arena y consumimos mucha agua)
  • flameado con soplete, el menos malo de los métodos, que puede producir algún abombamiento o algún estallido de cristales.

Los fabricantes no garantizarán el sistema cuando el soporte sea inapropiado. Por eso este interés en que la base sobre la que se va a adherir el poliestireno debe de ser lo más regular posible (y para eso los fabricantes ya cuentan con morteros específicos para la regularización previa) y lo más estable posible, que en estos casos será el profesional de la arquitectura el que determine el mejor método en cada situación.

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